¿Por qué hay menos desarrolladoras?
Tiempo atrás, leyendo el artículo “Impulsar la diversidad” de Leo Soto, me animé a responderle, quiero compartírselos y aprovechar de explayarme.
Empecé el camino del desarrollo de software a los 10 años, tomando cursos de programación en LOGO, BASIC I y II (no entendía por qué no calzaba con mis compañeros de 15 años y más. Ahora sé que 5 años de diferencia, a esa edad, es una GRAN diferencia jajaja), siempre me llamaron mucho la atención los computadores, podía pasar horas tecleando mi nombre (era cero gráfico, solo una pantalla azul con letras blancas). Grande fue mi decepción cuando el “viejito pascuero” (que todo lo traía) me trajo un saco de dormir en vez de un computador.
Luego en la enseñanza media, estudié programación en un liceo, al que asistíamos solo mujeres, algunos profesores nos dijeron, más de una vez, que no prosperaríamos en el área, salvo para digitar, que mejor debíamos haber estudiado contabilidad, secretariado o ventas (primera relación con la condescendencia machista). Misma historia en la educación superior, a las pocas que éramos (de 60 personas, 5 mujeres), nos dijeron que ni siquiera terminaríamos la carrera.
Muchas se lo creyeron y cambiaron de rumbo, pero como soy porfiada y si no le hago caso a mi mamá, menos podría alguien hacerme cambiar de parecer. Aquí sigo, aprendiendo y dando lo mejor mí.
Ha sido difícil, bastante hostil en algunas partes, he tenido que ser “uno” más del equipo, una especie de camuflaje de sobrevivencia, soportando tratos y conversaciones incómodas, por no entrar en detalles. También he hecho hermosas amistades, que perduran a pesar de ya no trabajar juntos, personas que han sido enormemente generosas conmigo y me han tenido una paciencia infinita.
Los colmos
En entrevistas de trabajo, me han preguntado si planeaba tener familia a los veintitantos. Por trabajar y estudiar, me dijeron que nunca iba a servir en informática, que no podía rendir. Me han “sugerido” que si bajaba de peso, podía llegar a ser jefe de proyecto. Me han preguntado si acaso me podían llamar “para tomar algo” en caso de no quedar seleccionada para un cargo. Me han dicho, que para qué quería más plata si era soltera, como respuesta a una solicitud de aumento de sueldo. ¡Hasta me han dicho que desde que soy madre, estoy más centrada!
Es tanto el maltrato que se puede tener, que vas perdiendo confianza, autoestima e incluso llegar a desistir de la carrera por esto, me imagino que a muchas les pasó algo así desagradable o peor, que las llevó a alejarse. Tanto te dicen que no puedes, que no eres capaz, que uno se lo empieza a creer.
No todo ha sido desde hombres.
También he tenido detractoras, desde mi mamá que insistió hasta final para que estudiara contabilidad (para que ejerciera como ayudante de contador), amigas que pensaban que enloquecía al quejarme de mi bajo sueldo, menor al de mis compañeros de trabajo, que realizaban la misma labor; y siendo que ellas ganaban menos en sus respectivos trabajos. ¿Cuándo nos acostumbramos a esto?
He tenido jefas ultramachistas (en parte he querido entenderlas, no justificarlas), seguramente fue tan duro llegar a sus cargos, que finalmente se les olvidó su raíz, y por decirlo de alguna manera, “se cambiaron de bando”.
¿Por qué no he desistido?
Como dije, soy porfiada y me sigue gustando mucho el desarrollo de software, el crear cosas, el decir “yo participé en ese proyecto”. Esa cara de espanto cuando alguien te ve escribir cosas raras en una pantalla negra con varios colores y que se conviertan en una aplicación web, ¡me encanta!
Si bien, es una carrera que implica estar constantemente estudiando, es muy entretenido si realmente te gusta.
Si alguna chica, que esté leyendo esto, está dudando en tomar alguna área de TI y es lo que le gusta, ¡¡¡por favor sigan, luchen!!!, si se sienten solas, busquen apoyo, somos varias las dispuestas a escuchar o compartir experiencias que les pueden servir.
Afortunadamente, hay programas como las mentorías de masmujeresux.cl, las de Women Who Code, entre otras… que son un salvavidas. Devuelven luz, te dan herramientas valiosísimas para comenzar esta especie de sanación laboral, con una nueva esperanza. Más el apoyo de quienes te quieren y conocen, que te ayudan a mantenerte.
Mientras más mujeres seamos, entre todas trabajaremos para mejorarlo, que no sea un tema de género, que sea un tema de apoyo, aprendizaje y empatía.
¡Por favor, no olvidemos que las mujeres iniciamos el desarrollo de software, perfectamente podemos continuar en él!
Aprovecho para recomendar una tremenda película, que me emocionó hasta las lágrimas: Talentos Ocultos (Hidden Figures).
